a Oswaldo Vernet y a mis hijos Francisco y Alejandro
Los cristales
resbalan por el lecho
-y el niño de dos años-
con su caña
de mentira y
sin carnada
pesca esperanzas
y grita:
¡río no te vayas!
Y al ver como
bajan los gritos
del río
-el niño de siete años-
busca
hacerse una caña
de mentira y sin carnada
a sabiendas
que no hay peces
en el río,
con un anzuelo
de reacias lianas
templa
su pregunta
hacia la
esperanza:
río, ¿por qué te vas?
miércoles, 21 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario